Esperar. Muchas veces, el que espera desespera, pero en ocasiones la espera da frutos periodístcos. Los periodistas de Diario de Navarra lo hicieron y, además de contar la historia, ofrecieron "las" fotos. La guinda, el día siguiente, con una entrevista a los protagonistas.
Rubén Elizari nos comenta lo siguiente sobre esta información: "Os escribo para contaros la parte 'invisible' de esa noticia y que creo que puede ser interesante. En el artículo aparecen dos firmas, pero la historia que recogéis el resultado de un gran trabajo en equipo. Ese día conformábamos el equipo de sucesos Gabriel González y yo. Hacia las 20.00 de la tarde saltó la liebre: la Policía Municipal de Pamplona pedía colaboración ciudadana para encontrar el vehículo robado con un bebé en su interior. Hablamos con la Policía Municipal y nos proporcionaron un par de datos: el modelo de coche, la hora del robo y el lugar donde estaba aparcado".
"Aún no sabíamos qué iba a pasar con el coche, si aparecería o no, pero fui junto con José Carlos Cordovilla, fotógrafo del Diario, a la zona donde habían robado el vehículo. Teníamos que intentar recabar cualquier dato y sobre todo, estar con los padres para conocer más detalles. Justo cuando nos encontrábamos en la zona del robo recibimos la llamada de un compañero del diario: Acaban de encontrar el coche. Está en Monasterio Vadoluengo. Nos encontrábamos a tan sólo un par de manzanas de lugar. Aceleramos. José Carlos me pidió que aparcara. Dejamos el coche, literalmente tirado, en una parada de autobús. Antes de que hubiera podido cerrar mi coche, el fotógrafo ya había emprendido la carrera hacia el lugar. Después de un sprint, nos encontramos con una grata imagen: un agente de la Policía Municipal de Pamplona sosteniendo en brazos al bebé y dándole su gorra para que jugase con ella. No habían pasado ni 30 segundos cuando aparecieron los padres. Teníamos todo".
"Creo que de esta noticia pueden extraerse varias enseñanzas: la primera, es estar en la calle. Gracias a estar en la calle tuvimos opción a tener la suerte de encontrar el coche. La segunda lección es el contacto con las fuentes. Jamás hubiéramos encontrado el coche en el momento justo si no hubiéramos recibido la llamada de ese compañero del Diario. Y en tercer lugar, y también muy importante, la experiencia es un grado. Gracias a la rápida reacción de José Carlos, tuvimos las fotos".
"Aún no sabíamos qué iba a pasar con el coche, si aparecería o no, pero fui junto con José Carlos Cordovilla, fotógrafo del Diario, a la zona donde habían robado el vehículo. Teníamos que intentar recabar cualquier dato y sobre todo, estar con los padres para conocer más detalles. Justo cuando nos encontrábamos en la zona del robo recibimos la llamada de un compañero del diario: Acaban de encontrar el coche. Está en Monasterio Vadoluengo. Nos encontrábamos a tan sólo un par de manzanas de lugar. Aceleramos. José Carlos me pidió que aparcara. Dejamos el coche, literalmente tirado, en una parada de autobús. Antes de que hubiera podido cerrar mi coche, el fotógrafo ya había emprendido la carrera hacia el lugar. Después de un sprint, nos encontramos con una grata imagen: un agente de la Policía Municipal de Pamplona sosteniendo en brazos al bebé y dándole su gorra para que jugase con ella. No habían pasado ni 30 segundos cuando aparecieron los padres. Teníamos todo".
"Creo que de esta noticia pueden extraerse varias enseñanzas: la primera, es estar en la calle. Gracias a estar en la calle tuvimos opción a tener la suerte de encontrar el coche. La segunda lección es el contacto con las fuentes. Jamás hubiéramos encontrado el coche en el momento justo si no hubiéramos recibido la llamada de ese compañero del Diario. Y en tercer lugar, y también muy importante, la experiencia es un grado. Gracias a la rápida reacción de José Carlos, tuvimos las fotos".
1 comentario:
Yo, personalmente, y admirando las fotografías (que además de por la paciencia se consiguen con buenos contactos, y todos lo sabemos), pienso que la entrevista del día siguiente no aportaba más que un puntito sensacionalista. Es mi opinión.
Por otro lado, dejar el coche en doble fila en una calle con un carril para cada sentido tiene narices (por incívico)... y no reconocer que dejar las llaves puestas es de "listos" también las tiene (por perseverantes inconscientes).
Ya me perdonarán el comentario, será que los 28 me han agriado.
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