Para los que tenemos cierta edad, el apellido Gorospe es sinónimo de calidad, de sufrimiento, de desesperación... Hace unos días se cumplieron treinta años de aquella mítica etapa de la Vuelta Ciclista a España en la que Hinault destrozó al de Mañaria. El Correo estuvo con él recordando aquellas horas.
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