Los diarios bien anclados en su comunidad suelen estar atentos a "la calle" y, por eso, pueden abanderar temas y aportar ideas para la mejora de las cosas. Para muchas personas, Barcelona es sinómimo de Ramblas. Y Ramblas, a su vez, es sinónimo de vida cultural. Pararse a pensar en ese símbolo de la ciudad es periodismo ciudadano. Y más aún si los que llevan las riendas del tema son los que saben. La Vanguardia ha "ido a por ellos" y les ha escuchado. La sociedad civil como fuente, como protagonista principal de los asuntos ciudadanos.
Esta información, además de excelente, tiene muchas virtudes. Nos gustaría resaltar al menos tres. La primera: el diario decide dar al tema las páginas que merece y no se ciñe a las dos habituales en la apertura de "Vivir". La segunda: se ofrece a los lectores interesados la posibilidad de conocer más a fondo las declaraciones de las fiuentes.
La tercera: el seguimiento. Porque al día siguiente de esta "tormenta de ideas", se acude a los políticos para saber cómo han recibido las opiniones de los ciudadanos:
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