Durante años, también hoy, El País se ha mantenido fiel a una muy buena tradición: cuando fallecía alguien que consideraba relevante, ofrecía una excelente imagen en blanco y negro del protagonista en su portada. Este año, por ejemplo, hemos visto varias:
El Mundo ha iniciado otra tradición también con resultados fantásticos: uno de sus grandes dibujantes, Ricardo, retrata en portada al protagonista fallecido. En lo que va de año, hemos visto tres portadas:
El retrato de Ricardo no solo se ciñe a recordar al fallecido. También hemos visto su maestría acompañando una entrevista. Como este caso reciente:
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