Cosas que pasan. O, más cultamente, explicar a los lectores comportamientos humanos. Porque las cosas tienden a pasar por algo. Lo acabamos de comprobar en dos temas que ha publicado Diari de Tarragona.
En el primero, Rafael Servent aborda el tema de la escasa movilidad geográfica de los ciudadanos, una de las asignaturas pendientes del mercado laboral.
"Es un reportaje —nos relata el jefe de Economía del diario— para el que contaba con un par de experiencias personales y una intuición. La intuición: Que, con los problemas que atraviesa hoy el mercado laboral, se habría disparado la gente dispuesta a moverse por razones profesionales. Faltaba comprobar que fuese así. Ahí empezaba la labor de periodista".
"La historia que recordé cuando tuve esa intuición: una conversación agradable, frente al nuevo director de la refinería de Repsol en Tarragona, en una de esas cenas navideñas que organizan los departamentos de comunicación de las empresas, para juntar a directivos y periodistas. Hablamos de su reciente traslado desde Galicia hasta Tarragona, de cómo lo había llevado la familia... Así que le llamé para el reportaje, y me contó algunas experiencias personales muy ilustrativas".
"Y a partir de ahí, me dediqué a hacer lo que toca: preguntar, contrastar. Lo que encontré rebatió mi intuición, aunque no mi olfato (o eso creo). Algo se mueve entre los directivos (poco, pero se mueven) y nada cambia para el trabajador medio. Y eso es lo que publiqué".
En el segundo reportaje, Norián Muñoz habla con personas que han vivido siempre en la calle que les vio nacer.
"La idea del reportaje —nos cuenta— no fue mía, sino de mi jefe de sección y lo cierto es que, cuando me lo propuso, pensé que sería más fácil encontrar a vecinos que hubieran vivido, desde su nacimiento, en el mismo barrio. Largos recorridos telefónicos, entrevistas canceladas a última hora, incluso una entrevistada que se arrepintió antes de la publicación... Hubo de todo. Y es que se trataba, tal como me fui dando cuenta, de muchos ciudadanos que, sin ser personajes públicos, sí que son muy conocidos y respetados en sus barrios".
"Colateralmente, me encontré con muchas cosas, como ese pacto de silencio sobre la Guerra Civil, o lo difícil que es para los mayores vivir en ciertas zonas de la ciudad que no están preparadas para afrontar sus necesidades de movilidad".
"Personalmente me gustó encontrarme con el hecho de que hay un orgullo de vivir en la ciudad, de ser parte de su historia, lo que algunos llamaban ‘solera’. Y digo que me gustó porque no nací en la ciudad (soy venezolana) y esto me regala datos valiosos para mi propio mapa de la ciudad".
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