Dejar hablar

En días pasados hemos encontrado dos casos en los que, para informar mejor, el periodista "desaparece" de la escena y deja que las fuentes digan lo que quieran... sobre asuntos muy concretos. Lo normal suele ser "trabajar" con las declaraciones de los protagonistas, pero en ocasiones resulta más eficaz ese "dejar hacer" a las buenas fuentes para que se retraten y el lector pueda juzgar por sí mismo. El 5 de abril, La Vanguardia, ante las idas y venidas en Esquerra Republicana de Catalunya, optó por esta estrategia informativa: las mismas ocho preguntas —al grano todas— a las cuatro personas que quieren presidir el partido. En este ejemplo, el diario ofrece la gran conclusión en el título.

Alvaro Mencón, periodista de Diario de Burgos, nos comenta el segundo caso: "Dos cuentas que no cuadran", publicado el pasado 6 de abril: "Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos los periodistas es la necesidad de transmitir una información lo más veraz posible. A menudo los ciudadanos consideran que los redactores nos posicionamos a favor o en contra de un determinado mensaje político, pero el hecho es que, a pesar de todos los filtros que tratamos de mantener, no son pocas las ocasiones en las que la información nos llega directamente sesgada. Ante una polémica tan incomprensible como la que aquí se plantea (números son números y no deberían de admitir interpretaciones), planteamos el mismo cuestionario a los dos partidos con la finalidad de que cada lector extraiga sus propias conclusiones. Se informa, se genera debate y, al mismo tiempo, de forma implícita, nuestros lectores pueden comprender la dificultad de encontrar información 'pura' en el ámbito político. El tono de la ilustración también lanza un mensaje a los protagonistas de la polémica: "no jueguen con la verdad".