Primero hay que llamar

Con los expertos hemos topado. Aunque aclaramos que "para bien". Ese acudir a quien sabe —qué poquísimas veces los que saben "llaman" al periódico para hablar, opinar, orientar— es un muy sano ejercicio periodístico que suelen realizar los medios económicos y que, pensamos, sería conveniente que recuperaran los demás.

Hace unos días, Expansión ofreció una de sus ya tradicionales dobles: reunía a su consejo asesor, que comparte con Actualidad Económica, para responder a una cuestión actual y de gran interés.

Días antes, encontramos otro buen ejemplo en La Vanguardia a propósito de otro tema también actual: la escasez de agua.

Otro excelente ejemplo lo ofreció hace unas semanas El Diario Vasco.

Mario García, autor de esta triple página, nos cuenta —gracias— algún detalle: "No son frecuentes los debates en los medios escritos. Es un subgénero que requiere mucho trabajo... antes, durante y después. Pero proporciona al lector un montón de claves sobre el asunto que se aborda. Un debate requiere el trabajo previo de seleccionar cuidadosamente a los participantes con el fin de que puedan aportar versiones interesantes, documentadas y diferenciadas. Generalmente, yo suelo elegir a cuatro protagonistas; cuatro es el número idóneo. En el debate sobre la educación física en la enseñanza obligatoria me interesaba especialmente la opinión de las partes en conflicto: profesores de educación física y Departamento de Educación. Pero además la de los representantes de los padres y la de los directores de los centros. En esta ocasión, los problemas surgieron a la hora de conciliar las agendas de todos ellos. Y aun así, cuando había logrado un acuerdo, al día siguiente a uno de ellos le surgió un problema familiar y tuve que cambiar la fecha a última hora. Yo suelo pasar un guión para que los participantes conozcan los puntos que se van a abordar, independientemente de lo que vaya surgiendo en el debate. La cita es en las instalaciones del periódico y dura entre hora y media y dos horas. Yo ejerzo de moderador y a veces con ciertas dificultades, porque es muy importante establecer unos tiempos máximos por intervención. No fue el caso de este debate, que se desarrolló por unos cauces de cordialidad, a pesar de las fuertes discrepancias. Y, una vez transcurrida esta mesa redonda, que suelo grabar con dos aparatos, uno digital y otro analógico, por si acaso, el trabajo se queda para mí: hay que resumir y, a veces, interpretar lo que se ha dicho. Suelo emplear estilo directo, como si fuese una entrevista a cuatro bandas; me parece más ágil y pienso que facilita la lectura. Además de desmenuzar el texto por intervenciones, procuro presentarlo en bloques temáticos para hacerlo más digerible. Y si a ello se suma una gran foto y una maquetación atractiva, fuera de lo común del diseño general del periódico, el resultado es bastante interesante. Y gratificante para el que lo escribe, a pesar del esfuerzo".

Por suerte, esta política se extiende poco a poco. Por ejemplo, no resulta extraño que los lectores de los dos grandes diarios catalanes vean —recordamos varios debates sobre economía en el Parlament— la opinión de expertos, que son quienes juzgan lo discutido. Saben. Y son, en principio, independientes, por lo que pueden ayudar más al lector, acostumbrado en exceso a leer los comentarios de los partidos políticos. Esta idea también la hemos podido ver en algunos diarios en las pasadas elecciones. Para no extendernos, pondremos sólo dos ejemplos: