Todo el mundo tenía ganas de que llegara el primer debate entre McCain y Obama. Se acerca la hora de la verdad y cuanto más sepan ellos —los estadounidenses— y conozcamos nosotros, mejor. Por lo que se pudo leer, parece que quedaron empatados. Muchos diarios contaron eso a sus lectores. La Vanguardia, como ya empieza a ser una sana tradición, dio un paso más: pidió a un grupo de expertos que trasnochara, que escuchara, que viera y que contara a los lectores qué tal. Impresiones interesantes, alejadas del partidismo político. Esa página formaba parte de una cobertura que también incluía la crónica de Eusebio Val y otra de buen análisis y buena puesta en página.
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