Hablar en paz. Escuchar al otro. Compartir problemas, experiencias, soluciones. Y eso, bien trabajado, trasladarlo al lector. Con esa paz resulta más fácil que el lector aprenda, entienda, tenga razones, saque conclusiones. Estos días hemos leído dos ejemplos. En el primero, cinco alcaldes comparten mesa en La Vanguardia para conversar sobre un tema que les afecta a todos: la inmigración. Tema ciudadano que necesita el tiempo de las fuentes y el generoso espacio del diario.
El segundo ejemplo es de El Periódico de Aragón.Varios testigos de los primeros pactos de la democracia española hablan sobre el ayer y el hoy.
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