Manuel Ruíz Díaz nos envía el tema del día que publicaron hace unos días en Diario Córdoba, acerca de la agresión de un hombre a su pareja delante de dos policías que lograron evitar que la apuñalase mortalmente.
Manuel nos cuenta lo siguiente: "Por desgracia, las noticias sobre agresiones a mujeres son más habituales de lo que a todos nos gustaría. En este caso, el hecho de que la agresión se produjese en plena calle y delante de dos policías locales y decenas de transeúntes hizo que desde el primer momento se barajase la historia como tema del día. Soy el autor del reportaje que 'ilustra' la noticia principal, donde Rafael de la Haba, el redactor de sucesos del periódico, cuenta todos los detalles de lo que pasó. Gracias a su labor, yo me pude centrar en lo que me interesaba y disfrutar aún más de lo que hacía".
"No cubro los sucesos, pero fue cerca de casa y pasé por el lugar poco despúes de que hubiese ocurrido todo. Aún quedaban algunos policías acordonando la zona y numerosos curiosos. Así que comencé a preguntar a unos y a otros. Lo que más me llamó la atención es lo impresionados que quedaron algunos testigos con la actuación de los dos policías de barrio que detuvieron al agresor. Son dos agentes a quienes la mayoría de la gente conoce de vista porque llevan en cinco años en Ciudad Jardín; casi siempre pendientes de los aparcamientos en doble fila, de anotar las quejas de los comerciantes, vigilar a las entradas de los colegios o de ayudar a alguien que busca una calle. Pensé que su actuación de esa mañana no podía pasar inadvertida".
"Me costó mucho hablar con ellos. No querían ningún protagonismo. Tuve que insistir a través de sus jefes, a quienes les expliqué que era una oportunidad para ofrecer una imagen poco habitual de la policia de barrio. Al final acordamos que no daría sus nombres. Para mí hubiese sido más fácil redactar el artículo nombrándolos y además, creo que para ellos era igual, pues quien los conozca los identificará fácilmente en el reportaje, pero ya que había llegado hasta allí lo que quería era conocer su versión y no insistí más".
"En el reportaje intenté reflejar lo rápido que ocurrió todo y lo difícil que tuvo que ser reaccionar como lo hicieron los agentes. Me pareció esencial contar que, aunque los policías se entrenan regularmente y saben cómo usar su arma, es muy raro que desenfunden. En cuanto al titular, creo que era un buen gancho para atraer al lector, la frase fue literal, sabía que era el único periodista que había hablado con los policías y resumía a la perfección la determinación del agente y la gravedad de la situación".
"Esta mañana me he encontrado a los dos agentes en la entrada del colegio donde llevo a mis hijos, como los había visto tantas otras veces. Por supuesto, nos hemos saludado y me han dado las gracias por el artículo. De gracias nada. Como vosotros, solo hago mi trabajo, les he dicho. Pero interiormente, admito que he sentido una gran satisfacción".
Manuel nos cuenta lo siguiente: "Por desgracia, las noticias sobre agresiones a mujeres son más habituales de lo que a todos nos gustaría. En este caso, el hecho de que la agresión se produjese en plena calle y delante de dos policías locales y decenas de transeúntes hizo que desde el primer momento se barajase la historia como tema del día. Soy el autor del reportaje que 'ilustra' la noticia principal, donde Rafael de la Haba, el redactor de sucesos del periódico, cuenta todos los detalles de lo que pasó. Gracias a su labor, yo me pude centrar en lo que me interesaba y disfrutar aún más de lo que hacía".
"No cubro los sucesos, pero fue cerca de casa y pasé por el lugar poco despúes de que hubiese ocurrido todo. Aún quedaban algunos policías acordonando la zona y numerosos curiosos. Así que comencé a preguntar a unos y a otros. Lo que más me llamó la atención es lo impresionados que quedaron algunos testigos con la actuación de los dos policías de barrio que detuvieron al agresor. Son dos agentes a quienes la mayoría de la gente conoce de vista porque llevan en cinco años en Ciudad Jardín; casi siempre pendientes de los aparcamientos en doble fila, de anotar las quejas de los comerciantes, vigilar a las entradas de los colegios o de ayudar a alguien que busca una calle. Pensé que su actuación de esa mañana no podía pasar inadvertida".
"Me costó mucho hablar con ellos. No querían ningún protagonismo. Tuve que insistir a través de sus jefes, a quienes les expliqué que era una oportunidad para ofrecer una imagen poco habitual de la policia de barrio. Al final acordamos que no daría sus nombres. Para mí hubiese sido más fácil redactar el artículo nombrándolos y además, creo que para ellos era igual, pues quien los conozca los identificará fácilmente en el reportaje, pero ya que había llegado hasta allí lo que quería era conocer su versión y no insistí más".
"En el reportaje intenté reflejar lo rápido que ocurrió todo y lo difícil que tuvo que ser reaccionar como lo hicieron los agentes. Me pareció esencial contar que, aunque los policías se entrenan regularmente y saben cómo usar su arma, es muy raro que desenfunden. En cuanto al titular, creo que era un buen gancho para atraer al lector, la frase fue literal, sabía que era el único periodista que había hablado con los policías y resumía a la perfección la determinación del agente y la gravedad de la situación".
"Esta mañana me he encontrado a los dos agentes en la entrada del colegio donde llevo a mis hijos, como los había visto tantas otras veces. Por supuesto, nos hemos saludado y me han dado las gracias por el artículo. De gracias nada. Como vosotros, solo hago mi trabajo, les he dicho. Pero interiormente, admito que he sentido una gran satisfacción".
1 comentario:
Los veo entusiasmados con las "páginas" de buen periodismo gráfico... al menos eso fueron los últimos posts... y creo que buen periodismo también se hace en otros soportes, Internet, por citar el más fácil de comentar, repostear y etc. etc.
Saludos.
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