Ion Echeveste es licenciado en Bellas Artes, en la especialidad de Escultura. Su trayectoria profesional en la disciplina de audiovisuales y cine de animación se remonta a 1980, cuando entra a formar parte de la productora donostiarra de dibujos animados Lotura Films. En 1981 anima el cortometraje Fernando Amezquetarra (Primer Premio en el Festival de Cortometrajes de Bilbao). En 1983 anima y filma el cortometraje Kukubiltxo, también Primer Premio en el Festival de Cortometrajes de Bilbao. En 1986 es coordinador de animación en el largometraje La calabaza mágica, que recibe, entre otros, el Premio especial a la Calidad del Ministerio de Cultura y una Mención de Honor en el Festival internacional de cine de San Sebastián.
Con Mis maravillosos vecinos los animales, cortometraje de 1996 en el que participa como coguionista, diseñador, director de animación y artístico recibe la Medalla de Bronce en la 40ª edición del Festival Internacional de Nueva York; y en 1997 con el largometraje Qué vecinos tan animales, del que vuelve a ser coguionista, diseñador, director de animación y artístico es Finalista en la 41ª edición del Festival Internacional de Nueva York y recibe el Goya al mejor Largometraje de Animación en su edición de 1998. Entre 1998 y 2002 participa en varios proyectos para televisión y desarrolla su labor docente con varios seminarios, cursos y conferencias en colaboración con entidades como la Junta de Extremadura, la Universidad Popular de Cáceres, la Universidad de Extremadura y la Universidad de Burgos entre otras.
En el campo del diseño gráfico y la ilustración, participa desde finales de los 90 en el diseño de personajes y decorados para numerosas series televisivas, así como en la elaboración de cómics y diverso material publicitario para la agencia cacereña de publicidad Creaerte. En 1999 diseña los personajes y ambientes del largometraje Marina, la Princesa del fondo del mar. En 2002 entra a formar parte del equipo del estudio de diseño Ceres Comunicación Gráfica en Burgos, perteneciente al grupo multimedia Promecal, en el que desarrolla labores de creativo, diseñador gráfico e ilustrador. Colabora habitualmente ilustrando para los periódicos y semanales del grupo.
EL CUESTIONARIO
¿Qué cualidades debe tener un ilustrador?
Teniendo en cuenta la variedad de aplicaciones a las que se enfrentan los ilustradores, creo que la mejor cualidad sería la camaleónica. Pero en cualquiera de los casos, sí destacaría unas características generales como pueden ser análisis, capacidad de reacción, actitud convergente y empática con el autor del artículo, perspectiva amplia respecto los temas y sobre todo, desde mi punto de vista, una gran capacidad de síntesis y evocación. El objetivo es la suma.
¿Formación periodística?
Cualquier profesional de cualquier campo está sujeto a la formación continuada y permanente, porque es condición humana y porque nunca se sabe suficiente. Ahora bien, si un periodista es un observador que codifica, muestra y además en ocasiones opina, creo que está dotado de habilidades que van más allá del propio oficio o el dominio de los procedimientos y técnicas a las que está sujeto por su profesión, que en el caso del ilustrador son los lenguajes semióticos.
La importancia de la ilustración.
En el caso de las ilustraciones descriptivas han de ayudar al lector a comprender el enfoque gestáltico de lo que se explica en el texto. Si es evocativa, el ilustrador tratará de añadir ese plus que solo la imagen puede, sin interferir, solapar o reiterar. Hay otra función de la ilustración, menos comprometida, que consiste en descargar, adornar o acompañar a la ilustración, que entraría en la categoría de diseño. Una mención aparte merecen el humor gráfico que, según mi criterio, es una forma completa de periodismo.
Los aspectos no literarios de una publicación de prensa son la maquetación, diseño, ilustraciones y fotografías. Visualmente hablando, son los aspectos que imprimen carácter y personalidad a las publicaciones. Si las fotografías aportan al gran público la idea de aproximación a la realidad, la ilustración, que hace ya más de un siglo se vió liberada de esta función, gracias a la fotografía, explora en un campo más del incosciente, simbólico, metafórico e independiente de realismos y otras exigencias pragmáticas. La ilustración es un espacio de reflexión, un guiño de complicidad, un inciso de humor o un pellizco para la vigilia, pero en cualquiera de los casos es un espacio que nos permite volar.
Influencias, maestros...
Quino y Mingote por sus contenidos filosóficos; El Roto por su critica mordaz y reflexiva; Folón por su poesía visual; Sciammarella por la síntesis en sus retratos psicológicos.
Con Mis maravillosos vecinos los animales, cortometraje de 1996 en el que participa como coguionista, diseñador, director de animación y artístico recibe la Medalla de Bronce en la 40ª edición del Festival Internacional de Nueva York; y en 1997 con el largometraje Qué vecinos tan animales, del que vuelve a ser coguionista, diseñador, director de animación y artístico es Finalista en la 41ª edición del Festival Internacional de Nueva York y recibe el Goya al mejor Largometraje de Animación en su edición de 1998. Entre 1998 y 2002 participa en varios proyectos para televisión y desarrolla su labor docente con varios seminarios, cursos y conferencias en colaboración con entidades como la Junta de Extremadura, la Universidad Popular de Cáceres, la Universidad de Extremadura y la Universidad de Burgos entre otras.
En el campo del diseño gráfico y la ilustración, participa desde finales de los 90 en el diseño de personajes y decorados para numerosas series televisivas, así como en la elaboración de cómics y diverso material publicitario para la agencia cacereña de publicidad Creaerte. En 1999 diseña los personajes y ambientes del largometraje Marina, la Princesa del fondo del mar. En 2002 entra a formar parte del equipo del estudio de diseño Ceres Comunicación Gráfica en Burgos, perteneciente al grupo multimedia Promecal, en el que desarrolla labores de creativo, diseñador gráfico e ilustrador. Colabora habitualmente ilustrando para los periódicos y semanales del grupo.
EL CUESTIONARIO
¿Qué cualidades debe tener un ilustrador?
Teniendo en cuenta la variedad de aplicaciones a las que se enfrentan los ilustradores, creo que la mejor cualidad sería la camaleónica. Pero en cualquiera de los casos, sí destacaría unas características generales como pueden ser análisis, capacidad de reacción, actitud convergente y empática con el autor del artículo, perspectiva amplia respecto los temas y sobre todo, desde mi punto de vista, una gran capacidad de síntesis y evocación. El objetivo es la suma.
¿Formación periodística?
Cualquier profesional de cualquier campo está sujeto a la formación continuada y permanente, porque es condición humana y porque nunca se sabe suficiente. Ahora bien, si un periodista es un observador que codifica, muestra y además en ocasiones opina, creo que está dotado de habilidades que van más allá del propio oficio o el dominio de los procedimientos y técnicas a las que está sujeto por su profesión, que en el caso del ilustrador son los lenguajes semióticos.
La importancia de la ilustración.
En el caso de las ilustraciones descriptivas han de ayudar al lector a comprender el enfoque gestáltico de lo que se explica en el texto. Si es evocativa, el ilustrador tratará de añadir ese plus que solo la imagen puede, sin interferir, solapar o reiterar. Hay otra función de la ilustración, menos comprometida, que consiste en descargar, adornar o acompañar a la ilustración, que entraría en la categoría de diseño. Una mención aparte merecen el humor gráfico que, según mi criterio, es una forma completa de periodismo.
Los aspectos no literarios de una publicación de prensa son la maquetación, diseño, ilustraciones y fotografías. Visualmente hablando, son los aspectos que imprimen carácter y personalidad a las publicaciones. Si las fotografías aportan al gran público la idea de aproximación a la realidad, la ilustración, que hace ya más de un siglo se vió liberada de esta función, gracias a la fotografía, explora en un campo más del incosciente, simbólico, metafórico e independiente de realismos y otras exigencias pragmáticas. La ilustración es un espacio de reflexión, un guiño de complicidad, un inciso de humor o un pellizco para la vigilia, pero en cualquiera de los casos es un espacio que nos permite volar.
Influencias, maestros...
Quino y Mingote por sus contenidos filosóficos; El Roto por su critica mordaz y reflexiva; Folón por su poesía visual; Sciammarella por la síntesis en sus retratos psicológicos.
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