"Está mejor mi hermana Ángela con 104 años que yo, a ella no le duele nada". Lo dice Matilde, que cumple cien primaveras. Viven juntas en una residencia y todos los días, a las once de la mañana, comparten un aperitivo a base de jamoncito y sidra. Leer en Diario de Burgos su historia y sus palabras —y las de Fermina, Felisa y Teresa—, un descanso, una sonrisa.
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